ODA AL CORREDOR INCONSTANTE.


A ti, que sales a correr regularmente dos meses sí y tres no.

A ti, que cada vez que sales analizas exhaustivamente la conveniencia: hace mucho frío, llueve, estoy algo acatarrado, hace demasiado calor, tengo un abductor tocado… ya tengo una edad, quizás sería mejor salir a caminar rápido.

A ti, que no consigues, a pesar de tus carreras, quitar la barriguita.

A ti, a quien nadie nota tus esfuerzos y se sonríen maliciosamente cuando les dices que tu sueles salir a correr (incluso murmuran entre ellos, a tus espaldas).

A ti, que ese día que llueve “mucho” y llevas ya 20 minutos en la 
cinta del gimnasio “corriendo”,  te das cuenta que el señor mayor que camina en la cinta que está a tu lado lleva la misma velocidad que tú.

A ti, que en una San Silvestre (uno de tus mejores años deportivos) fuiste testigo de cómo te iban adelantando: niños, ancianos, mujeres, algunos disfrazados (uno incluso con el traje del muñeco de Michelín*) y un tipo atlético empujando un cochecito de gemelos, con gemelos… pero que tamaña humillación no te impidió llegar casi el último.

A ti, que nunca conseguirás correr una Maratón y que si consigues hacer una Media-Maratón, lo más probable es que los servicios médicos te sigan de cerca, acongojados, esperando el momento en que te desplomes rubicundo, fatigado y pertinaz. (Como ocurrió en aquella San Silvestre que te adelantó todo el mundo, que llegaste casi el último, intimando con los de la ambulancia y eso que fue uno de tus mejores años deportivos).

Porque nadie sabe la desventaja que supone competir con gente que el día anterior ha comido una ensalada y tomado batidos hipercalóricos e hipervitaminados, o quizás bifrutas de Pascual*. Mientras que tú sales a quemar las dos o tres cervezas del día anterior... y el corderito.

Porque a los demás no les obligan a traer el pan y el periódico a la vuelta, con lo cual hay que entrar a la tienda sudando y jadeando, con las consabidas sonrisitas y murmuraciones de los que te conocen: acaba de salir de casa, ya sale sudado, mira que barriguita tiene…

PERSISTE, PERSEVERA Y NO ABANDONES. En cualquier caso, siempre puedes correr solo, así llegaras el primero… y el último.

*(Esta publicidad se retirará si en una tiempo prudente no se llega a un acuerdo con la empresa).

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