NOVELA GENERALISTA

Se husma un desencanto, por no decir enfado, entre los lectores de novela negra. A saber, dado el aparente tirón de dicho género, todas las editoriales catalogan sus novedades de novelas "negras y/o policíacas", con el fin de lanzar un señuelo que atraiga a las masas incontables de lectores amantes de dicho género (ésta es una frase que trata de ser irónica, lo digo por si acaso). Pero claro, luego resulta que en la novela, siempre con buen marketing antes y durante, apenas si aparece un muerto tal vez accidentado y un policía que en realidad podía haber sido un maestro de escuela y, claro, los lectores se mosquean considerablemente después de tragarse un historia, tal vez de setecientas páginas, meliflua, sin sobresaltos, sin sobres, sin saltos y con finales absurdos (aunque en esto no sé, porque más absurdo que la realidad no sé si hay). Y por lo que leo en la red, la cosa está calentita, con razón, digo yo.
Bien, pues yo propongo la creación de un nuevo género de novela: "la novela generalista". Este tipo de novela adquiere su nombre de la medicina, de los médicos generalistas, ésos que son capaces de enfrentarse a un enfermo en su totalidad y no por partes acotadas, que siempre es más fácil (bueno, no, diré más concreto). Dicha novela generalista abarcará todo tipo de vicisitudes que se le ocurran al autor, es decir: homicidios, corrupción policial, asesinos en serie, amor platónico, amor verdadero, amor de pago, desfalcos, robos, influencias monárquicas, yernos que de príncipes pasan a rana, putas románticas, putas aristocráticas, mafias internacionales de homosexuales peluqueros,  bailadores de tangos, brigadas de la guardia civil con apellidos imposibles, detectives privados ganadores de master chef, guerras mundiales, piratas, hombres lobo, "basajaunes", hombres toro de lidia (léase Zaino), templarios buscando el santo grial, locos que se enfrentan a parques eólicos... En definitiva, ese tipo de novela que desde siempre ha sido la buena, la que engancha, la que mezcla géneros porque de otra manera es muy poco probable enternecer, incomodar, maravillar,  informar, enseñar,  y entretener al personal.
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